Aproximación histórica

PRIMEROS POBLADORES

Los primeros asentamientos humanos conocidos en el término de Benavites datan de la época romana. Las tierras del Valle de Segó pertenecían al ager saguntinum y eran cultivadas por la población iberorromana, que, siguiendo la tradición romana, organizaba las tierras agrícolas en unidades de explotación alrededor de las villas.

Entre los siglos V y VII este territorio iberorromano sufrió las invasiones de los pueblos bárbaros (alanos, vándalos, godos y visigodos).

LA ÉPOCA MUSULMANA

Más tarde, en el siglo VIII con la invasión musulmana, este territorio pasó a denominarse Morbyter, topónimo que sustituyó a Saguntum y que dio lugar al nombre actual de la comarca "El Camp de Morvedre". En esta época, el lugar estaba habitado por pequeñas alquerías musulmanas, de las cuales no se han encontrado restos, probablemente el origen de las actuales poblaciones del valle.

LA RECONQUISTA

En 1233, con la Reconquista, Jaime I cedió la jurisdicción de Benavites a su portero, Bernat de Matoses, a quien más tarde le fueron confiscados todos sus bienes por haber sido infiel al rey.

En un documento datado en 1394, la jurisdicción figuraba a nombre de Bernat Vives de Canemàs, quien la adquirió por compra. Posteriormente pasó a manos del Consejo de Valencia, que más tarde la vendería a la Corona.

En el siglo XV vuelve a ser lugar de señorío, perteneciendo a los condes de Almenara y Cocentaina, quienes probablemente ordenaron la construcción de la Torre de la Señoría.

En 1437 el lugarteniente del rey Rodrigo Roiç de Corella era el propietario del señorío de Benavites y parte de Quartell, quien más tarde transmitió su propiedad a su hijo Eximen.

EL MARQUESADO DE BENAVITES

En 1619 el lugar fue vendido a Pere Eixarch de Bellvís, administrador del conde de Cocentaina, convirtiéndose en 1624 en condado y en 1628 en marquesado.

En 1723, la marquesa Francesca Maria de Bellvís i Bellvís era la propietaria del señorío de Benavites, el cual pasó, en 1752, a manos del marqués Josep Bellvís i Montcada, unido al señorío de Bélgida, perteneciendo a esta familia hasta la supresión de los señoríos en 1814.

ANEXIÓN DE BENICALAF

Durante el siglo XIX se añadieron al municipio una serie de lugares colindantes, destacando la anexión de Benicalaf en 1856, lo que provocó diversos conflictos con Faura y Benifairó de les Valls, debido al reparto de los derechos de riego de las aguas de la Fuente.